Centro Comunitario Insurgentes
Lugar: Celaya, Guanajuato. México
Área de intervernción: 3,735.68 m2
Área total construida: 2,389.71 m2
Área construida - Instituto de la mujer- : 1,076.97 m2
Área construida -Talleres- : 559.81 m2
Área construida -Cancha multiusos- : 749.93 m2
Año de proyecto: 2024
El Centro Comunitario Insurgentes se ubica en la ciudad de Celaya, Guanajuato, México, dentro de un predio previamente ocupado por diversos edificios. Como punto de partida, se realizaron análisis estructurales a las construcciones existentes para determinar su viabilidad de conservación e integración al nuevo proyecto.
De este estudio, únicamente un edificio resultó apto para mantenerse: el que actualmente alberga al Instituto de la Mujer. Este inmueble fue objeto de una remodelación integral y la anexión de un nuevo volumen que amplía y mejora las áreas de atención y servicio. El acceso principal al Instituto se da desde la plaza general que articula los tres componentes del conjunto, aunque el edificio conserva la posibilidad de funcionar de manera independiente, garantizando seguridad y privacidad a las mujeres en situación vulnerable que acuden al lugar.
Tras la demolición de las edificaciones que no cumplían las condiciones estructurales requeridas, se liberó un área considerable donde se proyectó un nuevo edificio de planta libre, flexible y adaptable. Este espacio puede subdividirse para talleres independientes o mantenerse como un área continua de usos múltiples, adyacente a este espacio se diseñó una cocina de tipo industrial, configurada para operar tanto de manera funcional como pedagógica, permitiendo la realización de talleres de alimentación y salud preventiva. En este mismo volumen se integran los servicios sanitarios, que atienden tanto a las actividades interiores como al espacio público exterior.
El predio contaba originalmente con una cancha de basquetbol, la cual se conservó y se dotó de una nueva cubierta ligera, permitiendo su uso continuo durante el día y mejorando las condiciones térmicas y de confort.
La plaza central funge como elemento articulador del conjunto. Se propone una velaria tensada que provee sombra para eventos y actividades al aire libre, además de un área de juegos infantiles equipada con elementos modulares que pueden utilizarse también como zonas de descanso.
Una de las directrices fundamentales del proyecto fue la preservación de la mayor cantidad posible de árboles existentes, complementada con nuevas plantaciones estratégicamente distribuidas para mejorar el microclima y enriquecer la experiencia visual y ambiental del conjunto.
Más allá de su función programática, este proyecto busca reconstruir el vínculo entre la arquitectura y la comunidad. Cada espacio, desde la plaza hasta los talleres, está pensado para propiciar encuentros, aprendizaje y pertenencia. El centro se convierte así en un refugio urbano, donde la vida cotidiana se transforma en convivencia y oportunidad; un lugar donde la arquitectura actúa como catalizador de bienestar colectivo, contribuyendo a tejer redes sociales y a fortalecer el espíritu comunitario.
En su conjunto, el proyecto celebra la idea de que el espacio público no solo se habita, sino que también se comparte, se aprende y se cuida.